miércoles, 10 de octubre de 2012

Paraísos artificiales

L'absinthe, Edgar Degas, 1876. Musée d’Orsay, Paris

Llevan la derrota en el cuerpo. Los hombros abatidos, la mirada ida. Es esa mirada la que dice que la derrota no les vino en la pelea sino en la retirada. Al principio se retiraron del mundo intencionalmente, ahora no pueden evitarlo.
La quieta escena ocurre en el café La nouvelle Athènes, en Place Pigalle, aunque Edgard Degas (1834/1917) la pintó en su estudio. Ella es Ellen André, una actriz, y él, Marcellin Desboutin, un grabador. En realidad, no sabemos si son ellos o si ellos son ese reflejo confuso en el espejo que tienen detrás.
Esos cuerpos desbarrancados son, qué duda cabe, patéticos. Pero el detalle verdaderamente conmovedor son los pies cansados de Ellen. Le duelen las plantas de los pies, martirizados por los zapatos pobres. Por eso apoya sólo los talones sobre el piso.
El nombre original de esta pintura triste fue Dans le café. Ahora se llama L’absinthe, “El ajenjo”. Es lo que bebe Ellen, un alcohol violento. Hay quien la llama la fée verte (el hada verde) porque lleva a un mundo de ensueño asesino.

Paul Verlaine au café François
Paul Dornac,1892. Musée Carnavalet, París
Baudelaire cree que el paraíso artificial del hachís diluido en ajenjo ayuda a la creación. También lo creen Verlaine y Rimbaud. La alucinación de los sentidos inducida por la absenta conduce a la alucinación de las palabras, a un forzamiento de las palabras capaz de cambiar la vida.
No pareciera. Miremos esta foto de Paul Verlaine. También es en un café, el François en este caso. También hay una copa de ajenjo. No debe ser la primera porque el príncipe de los poetas está decididamente ebrio. Los ojos abotagados, la mirada perdida. Son sus últimos años. Aquí tiene sólo cuarenta y ocho.
Quizá sea cierto lo que decía Oscar Wilde: Después del primer vaso, uno ve las cosas como le gustaría que fuesen. Después del segundo, uno ve las cosas que no existen. Finalmente, uno acaba viendo las cosas tal y como son, y eso es lo más horrible que puede ocurrir.