Casa Curutchet, proyecto de Charles Édouard
Le Corbousier Jeanneret, 1955
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Pero ¿dónde diablos está el cuerpo? En todos lados. La Casa Curutchet (Bulevar 53, N° 320, La Plata), que de ella se trata, tiene las proporciones del cuerpo humano.
Marcus Vitruvius Polión, el arquitecto de Julio César, creía que la belleza está hecha con una proporción divina, una razón (un cierto cociente entre dos números) que se repite obstinadamente en el Universo, una medida áurea: phi (φ en caracteres griegos).El cuerpo humano está hecho con esa razón áurea. No hay más que ver cómo el hombre se inscribe perfectamente en un cuadrado inserto en un círculo. Son las formas perfectas que dibujó da Vinci.
En 1854, el alemán Adolf Zeising (1810/1876) descubrió que la proporción áurea estaba en la disposición de las ramas a lo largo del tallo y en las venas de las hojas.
Cien años más tarde, el arquitecto Charles Édouard Jeanneret, dit Le Corbousier (1887/1955), publicó Le modulor, un sistema antropométrico de medidas precisas. Las unidades se desprenden de la estatura de un hombre con la mano levantada y de su mitad, la altura del ombligo. Después no queda más que multiplicar y dividir por la razón de oro. Adiós a las pulgadas y a los centímetros.
Los planos de la Casa Curutchet fueron trazados por Le Corbousier con el Modulor. Amancio Williams, que se ocupó inicialmente de construirla, se las vio en figurillas para que le aprobaran la obra. Los funcionarios no entendían (quizá nunca entendieron) que la residencia tiene la estatura del cuerpo humano.
Vitrubio, da Vinci, Le Corbousier creían que el hombre era el centro del Universo. ¿Qué pensarían ahora, en la posmodernidad, cuando las ciudades y las torres babélicas tienen proporciones inhumanas?
Las proporciones áureas según Viitruvius y Le Corbousier |